Ojos azules


Un día después de un buen desayuno, mi anfitriona Peruana que estudió y recorrió la vieja Europa en su juventud (incluyendo la España de Franco) y estaba esperando para viajar por todo el mundo me dijo:

-Alex, tienes 29 años y has vivido cosas que mucha gente en su vejez ni siquiera ha soñado. Sigue cumpliendo tus sueños porque en la vejez lo material no vale nada. Solo tú sonrisa y tu energía te hacen mejor que cualquier hombre con unos cuantos billetes en la cartera. 

Esa mujer me marcó no por sus bonitas palabras, que obviamente agradezco. Me marcó porque en sus ojos azules pude ver mi futuro y que estaba haciendo las cosas bien. Su sabiduría y conocimiento del mundo la habían hecho una persona feliz y muy muy divertida, y lo que es más importante llena de sueños e historias.

Soñaba con ir a San Sebastián, comer en buenos restaurantes, recorrer Japón….. y soñaba y soñaba….porque como ella sueña a su edad es casi un milagro. 

Me sentí reflejado en ella y siempre tendré presente esos ojos azules y esa sonrisa llena de vida. 

Algunas personas creen que cuando abandonas el país ya no las recuerdas, nada más lejos de la realidad. Yo las llevo en mi corazón.

Había pasado ya un mes y en un bus de Buenos Aires a Brasil de esos que tienes mucho tiempo para pensar me di cuenta que me había convertido en un anciano contador de historias con solamente 30 años. 

Contador de historias…marcado esta vez, por unos hermosos ojos azules y un alma joven y sonriente. 

Un eterno gracias Ana por hacerme reír tanto tanto y hacerme ver que el brillo en los ojos se puede mantener toda la vida. 

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